Comunidad y participación
Libresol no es solo una idea: es una comunidad viva, en constante construcción. Su verdadera fuerza reside en la participación activa y voluntaria de quienes deciden habitar este espacio simbólico con conciencia, compromiso y creatividad.
Una comunidad abierta
Toda persona que se identifique con los valores puede formar parte de su comunidad. No hay requisitos geográficos, políticos ni ideológicos: lo único que se necesita es el deseo genuino de contribuir y compartir.
Adhesión libre: La ciudadanía simbólica está abierta a toda alma que desee caminar con nosotros.
Respeto mutuo: Cada voz importa. Toda participación está guiada por la cortesía, la empatía y la escucha activa.
Formas de participar
Existen múltiples formas de integrarse y colaborar en la vida de Libresol:
Proponiendo ideas y proyectos: Los ciudadanos pueden presentar iniciativas culturales, educativas, ecológicas o tecnológicas.
Uniéndose a grupos de iniciativa: Ámbitos temáticos donde se trabaja en común, como cultura, arte, tecnología, ecología, comunicación o relaciones externas.
Organizando o asistiendo a talleres virtuales: Cualquier ciudadano puede ofrecer un espacio para compartir conocimientos, habilidades o reflexiones.
Participando en los órganos de gobierno y asambleas: abiertos al diálogo y decisión colectiva, donde se discuten y votan propuestas.
Compromiso simbólico
Participar en Libresol no implica una obligación formal, sino un compromiso simbólico con una forma de habitar el mundo basada en la libertad, el conocimiento y el respeto.
Contribución flexible: Cada ciudadano elige su nivel y forma de implicación según su tiempo, energía e intereses.
Escucha activa: Se fomenta un ambiente donde toda propuesta sea considerada, valorada y debatida con apertura.
Red de ciudadanos
Queremos construir una red humana en la que cada persona se sienta acompañada y estimulada a crecer. Para ello, se promoverán:
Encuentros virtuales periódicos
Boletines de novedades y propuestas
Espacios seguros de diálogo y creación