Principios Fundamentales
Aunque Libresol no cuenta aún con una constitución formal escrita, su esencia está guiada por un conjunto de principios fundamentales que rigen su organización, su convivencia y su visión del mundo. Estos principios no son leyes rígidas, sino valores vivos, que se desarrollan junto con su comunidad.
1. Soberanía individual
Cada persona es soberana de sí misma. La libertad personal es un pilar inquebrantable de Libresol, y toda forma de coacción, imposición o dominio es ajena a su espíritu. Aquí, la participación es voluntaria, y cada ciudadano tiene derecho a expresarse, decidir y actuar en consonancia con su conciencia.
2. Pluralidad y respeto mutuo
Libresol es un espacio abierto a la diversidad de ideas, creencias, culturas y formas de vida. La pluralidad es celebrada como una fuente de riqueza, y el respeto mutuo es el suelo común donde todo diálogo puede florecer.
3. Humanidad compartida
Más allá de las diferencias, todos los seres humanos comparten una dignidad común. Libresol nace como un refugio simbólico para quienes anhelan una convivencia más amable, basada en la empatía, la escucha y la comprensión.
4. Conocimiento libre
El saber es un bien común. Promovemos el acceso abierto al conocimiento, el pensamiento crítico y la creación colaborativa de contenidos. Creemos en una cultura donde enseñar, aprender y compartir es un acto de generosidad y transformación colectiva.
5. Paz activa
La paz en Libresol no es una ausencia de conflicto, sino una práctica activa de armonía, diálogo y reparación. Se prioriza la resolución no violenta de desacuerdos y el cultivo de relaciones humanas sanas y respetuosas.
6. Creación colectiva
La construcción de Libresol es un proceso compartido. Toda idea, propuesta o iniciativa ciudadana es bienvenida. La micronación se construye desde abajo hacia arriba, impulsada por la energía creativa de quienes la habitan.
7. Transparencia y confianza
Toda decisión, organización o actividad dentro de Libresol debe ser accesible y comprensible para sus ciudadanos. La transparencia fortalece la confianza, y esta, a su vez, sostiene el tejido comunitario.